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Nutrición infantil

Una de las preocupaciones más frecuentes para las madres y padres durante la crianza de sus hijos, es la alimentación. Existen diferentes dificultades y preocupaciones en relación a este tema, y lo que pretendemos principalmente es brindar a nuestros hijos una alimentación saludable y nutritiva, pero para poder hacerlo correctamente es necesario tener algunos conceptos claros, es por eso que acudimos a una experta en el tema, la Lic. Karin Zonneveld Michel, nutricionista dietista y gestora del ecocondominio 'Hornero', espacio de permacultura y agroforestería.

¿Qué es la nutrición infantil?

Es la aplicación de los conocimientos nutricionales a los niños, no me gusta decir que es una rama o una especialidad, por que el ser humano es un todo y no deberíamos dividir tanto a la ciencia de la salud.

Sin embargo, existe esta etapa del crecimiento del ser humano y necesita ser identificada como especial y la de mayor demanda de nutrientes, es una etapa maravillosa que llamamos infancia. En muchos sentidos debe ser aprovechada, psicológicamente, nutricionalmente, etc. porque si no es bien aprovechada, podemos asegurar que no hay vuelta atrás, si un bebé no crece adecuadamente los primeros años, la llamada ventana de los mil días, hasta los dos años, hay mucho que ese niño va a perder porque es cuando más se desarrolla el cerebro, su cuerpo y su aprendizaje.

 

¿Por qué es importante aplicar los conocimientos nutricionales a los niños?

Porque si no nutrimos bien nuestros sistemas, no vamos a desarrollarlos en su mayor potencial. En nuestro país y en el mundo en general hay una mala nutrición, en nuestro país específicamente hay bastante desnutrición, estos niños han perdido esta oportunidad, entonces hay un retraso en el crecimiento que pesa mucho en su infancia temprana y en su posterior vida adulta.

No vamos a decir que nunca van a poder recuperarse de esa pérdida, hay una recuperación, pero no es completa y hay un deterioro en el aprendizaje, en el crecimiento; por ejemplo, la talla es algo que no se recupera y tampoco las experiencias y juegos que se pudieron haber vivido, no vuelven, así que hay una pérdida significativa en varios aspectos.

 Frecuentemente escuchamos que los padres tienen dificultades para que sus hijos coman frutas y verduras, ¿qué se puede hacer en esos casos?

NO hay niño que en su vida no haya rechazado comida, hay diferentes niveles; desde bebés que escupen la comida a niños que te dicen “no, gracias”. Hay que tener en cuenta que los niños se dan cuenta si hay padres estresados porque no comen y es a través de la comida que pueden manipularnos, entonces optan por no comer para captar la atención de sus papás o generar en ellos una reacción, y puede hacerse cada vez más grande.

Lo que se puede hacer en estos casos va a depender mucho de la edad del niño, si está empezando con la alimentación yo sugiero utilizar el método BLW (Baby Led Weaning) en el que el bebé tiene la libertad de elegir sus alimentos y llevarlos por sí mismo a la boca, se hace un desastre, pero, aunque sólo meta a la boca una arveja, esa ya es una victoria, y si no lo hacen, tampoco significa que lo estemos haciendo mal, los niños pequeños comen muy poco, especialmente si toman aún leche materna.

Por otro lado, hay etapas en las que parece que están dejando de comer, como al cumplir un año, por ejemplo, pero lo que sucede es que su crecimiento se ralentiza, los niños tienen estos hitos de crecimiento, crecen mucho al principio, comen mucho, les da curiosidad la comida y luego de repente dejan de comer, no hay que estresarnos, hay que seguirles ofreciendo el alimento y sobre todo hacer de esa experiencia un disfrute, un juego o momento divertido, en familia y con felicidad.

Si volvemos la hora de comer en algo estresante, con gritos, o con una persona en el celular y otra mirando tele, con enojos y molestias, el niño va a generar un rechazo a ese momento, la nutrición tiene un fuerte factor psicológico también.

Los niños más grandes necesitan que se deje de obligarlos, eliminar las amenazas y gritos. Se puede hacer un juego o algo entretenido, como hacer comida con figuras, caritas, adornos. Siempre procurando que sea un momento de disfrute, no vamos a llegar a ningún lado obligándolos. Además, que no van a haber cambios de la noche a la mañana, si un niño no quiere comer, por la fuerza no lograremos que al día siguiente ya lo coma todo.

Algo importante para que coman cosas sanas, es darles el ejemplo. Padres activos comedores de verduras y frutas van a tener hijos activos comedores de frutas, ellos absorben la información del entorno como esponjas. Recordemos que estamos creando la relación del niño con la comida.

Si el peso de los niños es muy bajo o tiene problemas de micronutrientes, eso debe ser consultado por un pediatra, puede que el niño requiera una suplementación, y eso debe ir acompañado de un análisis de laboratorio, no podemos suplementar por suplementar. Por ejemplo, si el pediatra sugiere suplementar con hierro a un bebé porque piensa que tiene anemia, debemos exigir que se haga un análisis de laboratorio antes de introducir el suplemento, es lo más seguro.


¿Qué recomendaciones generales podríamos hacerles a mamás y papás para que implementen una alimentación nutritiva con sus niños?

Vamos a ir por pasos, el primer paso cuando se es mamá o papá, es informarse, con mi bebé yo he aprendido que, si uno está informado, siempre va a funcionar, va a fluir. Hay que leer todo lo que sea posible pero siempre de fuentes confiables, pedir ayuda o consejos de pediatras, nutricionistas y tampoco tener miedo, ese vendría a ser el paso dos, perder ese miedo, si nos informamos y estamos seguros no hay mucho que pueda salir mal. El paso tres es tener confianza en nuestras elecciones y en el profesional de salud que nos está acompañando, hay que recomendar también, algo que a mí me funciona mucho es tener grupos de apoyo con papás y mamás, para compartir información, puntos de vista, opciones de crianza, etc.

En cuanto a la alimentación específicamente también vamos a ir por pasos, el primero es cambiar nuestros propios hábitos, porque si un papá quiere que su hijo coma frutas y verduras no puede él comer pan con queso para almorzar, hay que tomar en cuenta que los bebés y niños siguen nuestro ejemplo. Si nosotros cambiamos nuestra alimentación estamos cambiando la alimentación de toda nuestra familia, de los niños que ven todos los días nuestras elecciones para comer.

Número dos, tenemos que tener una variedad de alimentos que ofrecer, colores, texturas y sabores, y no es necesario tener un gran presupuesto para tener una gran variedad, si nosotros vemos bien como son los mercados de nuestro país podemos ver que somos muy privilegiados, tenemos verduras y frutas de época y eso no implica un presupuesto elevado, si compramos en época siempre va a haber variedad, uno o dos meses comemos la misma fruta, al siguiente mes vamos a tener otra fruta, y es impresionante la cantidad de frutas y verduras que podemos ofrecer. Es bueno también que nuestros niños se acostumbren a los cambios de temporada, por ejemplo, mucho de lo que se produce en invierno viene cargado de vitamina C, frutas llenas de micronutrientes que nos ayudan a defendernos del resfrío, por ejemplo.

Algo importante igualmente, es procurar darles la comida lo más cercano a su estado natural, es decir, si vamos a darle una manzana, que esté lo más cruda posible, si puede comer pedazos de manzana, darle los pedazos, si puede comer una manzana entera, darle la manzana, no tratar de cocinarla o tratar de volverla mermelada, obviamente tomando en cuenta que hay alimentos que si o si requieren cocción, como la papa por ejemplo, procurar no sobre cocer las cosas o hacer cocciones innecesarias, es mejor darles alimentos enteros, por ejemplo entre arroz integral o arroz blanco, siempre es preferible no darles alimentos refinados/procesados, esto últimos aportan menos valor nutricional.

El número tres, es estar atentos a las deposiciones de los niños, especialmente de los más pequeños cuando empiezan a comer, las deposiciones nos pueden dar información valiosa; la consistencia, el esfuerzo que hacen para poder deponer, eso nos da señales de lo que necesita su organismo, si está teniendo buena digestión o no. Tal vez este aspecto no suene muy agradable, pero desde que soy mamá me he dado cuenta de lo importante que es prestarle atención.

Número cuatro, a los menores de dos años es muy importante continuar alimentándolos con leche materna, en lo posible, mínimamente hasta el año o año y medio, es importante aclarar que la leche materna no se vuelve agua, como se escucha en nuestro medio, incluso si un bebé aún quiere la leche materna hasta los tres años, es perfecto.

Número cinco, ofrecer alimentos con alto valor calórico y nutricional, quiere decir que si vamos a hacerle una papilla al bebé no sea muy aguada, es mejor que sea espesa. Escoger alimentos que son proteína, como legumbres, carnes, cereales, y tratar que, si el bebé está atravesando una etapa en la que no quiere comer mucho, añadir una ensalada con una cucharadita de aceite, algo que aumente sus calorías, la idea no es engordarlo, pero que lo que coma lo alimente.

Finalmente, es importante evitar la comida chatarra, evitar en los niños el consumo de alimentos envasados, porque si les damos estos alimentos desde pequeños estamos fomentando la adquisición de malos hábitos, no quiere decir que nunca los vayan a comer cuando crezcan, ya después van a tener tiempo de comer pipocas, chicharrones, papas fritas y gaseosas.

Ante cualquier duda es fundamental acudir siempre a los profesionales de la salud, por eso es muy importante la función del pediatra en el desarrollo de los pequeños.

Laura Amador
Psicóloga

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