Durante los primeros años de vida, el niño muestra una serie de cambios físicos, psicológicos y sociales, la mayoría de estos son visibles y de fácil reconocimiento, otros pasan desapercibidos o no los notamos inmediatamente, me refiero a los cambios en su forma de pensar, las imágenes mentales que va creando y las asociaciones o tipos de vínculos sociales que establece. Entonces, si no nos damos cuenta de estos cambios, ¿cómo podemos ayudar a nuestros hijos a forjar su personalidad? Para entender este proceso, recordemos que la personalidad tiene dos componentes: el temperamento y el carácter, el primero consta de rasgos heredados como la emotividad, el nivel de actividad y la sociabilidad; el segundo se refiere a las características que se van aprendiendo y van cambiando con la influencia del medio que le rodea al niño, en este último punto interviene la familia de manera muy directa y decisiva. ¿Hasta qué punto puede influir la familia en el desarrollo de la personalidad?...
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